Descubrirán una de las islas más auténticas y perdidas en el tiempo del archipiélago de las Seychelles. A la pintoresca La Digue -que debe su nombre a un barco francés que llegó de Mauricio en 1768- sólo se puede llegar por agua, y la mejor forma de explorarla es a pie, en bicicleta o en carro tirado por bueyes. Durante su tiempo libre en la isla, los novios caminarán entre plantaciones de coco y vainilla y descubrirán los métodos tradicionales de producción de aceite de coco, antes de llegar a Anse Source d’Argent, una playa que es una estrella por derecho propio. Disfrutarán entre sus arenas blancas como el polvo y sus suaves rocas de granito que brillan en tonos plateados y rosados a distintas horas del día.