El aislamiento de las Seychelles en medio del océano Índico ha dado al archipiélago un alto grado de endemismo, y una de sus criaturas más singulares es la tortuga gigante de Aldabra. Estos gigantes prehistóricos, que sólo se encuentran en un puñado de islas y atolones, pueden vivir hasta 120 años. Junto a un ranger, aprenderán sobre la vida de las tortugas y podrán alimentarlas en su santuario. El coste de esta experiencia ética se dona al Aldabra Clean Up Project, una coalición que lucha contra la contaminación marina por plásticos en Aldabra, el segundo atolón coralino más grande del mundo.