PIONERAS by Inspiring Soho: destino Toubkal 2024

PIONERAS, un proyecto que empezó a gestarse a la vez que nacía Inspiring Soho. Inspirándonos en la historia de Alexandra David-Néel y la de otras muchas mujeres exploradoras – como Josephine Diebitsch Peary, Amelia Earhart, Edurne Pasaban, Laura Dekker o Katherine Routledge -, hemos querido encarnar ese espíritu audaz y valiente de mujeres que han hecho historia.

Pocas experiencias llenan tanto como las que te sacan de tu zona de confort, cuando pones al límite tu cuerpo, cuando vives otra cultura, conoces a gente nueva, en la que confías como si conocieras de toda la vida…

– María Marquez de la Plata

Cada año, un grupo de mujeres intrépidas se embarcarán en una aventura anual llena de experiencias transformadoras y desafiarán los límites de la exploración con el objetivo de superarse a ellas mismas y enfrentarse a sus miedos, convirtiéndose en símbolos vivientes de fortaleza y determinación, inspirando a otras a seguir sus pasos y a conquistar sus propias cimas, tanto dentro como fuera de las fronteras geográficas.

El primer Reto Pioneras ha sido, ni más ni menos, que el Toubkal en el Alto Atlas de Marrakech, la montaña más alta del norte de África, con 4.167 metros de altitud. Y, en esta ocasión, fueron once las mujeres que completaron la hazaña de recorrer 31km con 3.175 metros de desnivel en tan solo dos etapas.

Nos hablaban de una «experiencia que te cambiará la vida» y jamás pensé que sería tan cierto.

– Isabela Ochoa

LA PREPARACIÓN

Después de haber sido elegidas, nuestras Pioneras empezaron a entrenar para el gran reto saliendo a la montaña, al gimnasio e incluso subiendo y bajando escaleras. No iba a ser un reto nada fácil y todas se tomaron el entrenamiento muy en serio.

Por parte de Inspiring Soho, ya teníamos todo prácticamente listo para que la experiencia de las Pioneras estuviese llena de sorpresa. Poco antes de la salida, todas recibieron merchandising personalizado de nuestros colaboradores NOESFACIL.ES y SAM NEWMAN, para que se sintiesen cómodas e hidratadas durante todo momento.

Según se iban acercando los días me iba poniendo más nerviosa porque desde Inspiring Soho nos insistían mucho en el entreno.

– Elisa Vázquez

LA LLEGADA MARRAKECH

El encuentro con todo el grupo en el aeropuerto fue emocionante. Por fin todas se pusieron cara y se conocieron oficialmente. Los nervios estaban a flor de piel, y así siguieron hasta el final.

A la llegada a Marrakech nos esperaban nuestros fantásticos guías, quienes iban a acompañarnos durante todo el recorrido. Con ellos empezamos el viaje por carretera hasta Imlil, el último pueblo antes de entrar en el Parque Nacional del Toubkal y donde pasaríamos la primera noche. Pero antes de llegar al pueblo, visitamos una cooperativa de mujeres especializada en la fabricación de aceite de argán, una experiencia muy enriquecedora.

Ya en Imlil, nuestro guía Ibrahím nos llevó a la casa de una familia local, para que viviésemos la cultura del Atlas en primera persona. Esta familia nos preparó un almuerzo riquísimo. Ya teníamos que empezar a coger fuerza para el reto.

Esta primera noche la pasamos en el Riad Dar Imlil, a 1.750 metros de altura, con vistas directas al valle del Toubkal. Desde las ventanas de nuestras habitaciones se veía nuestro objetivo, con aún restos de nieve del invierno.

La noche la pasamos entre risas, y ya se intuía que la unión del grupo iba a ser clave para superar el reto.

Creo que lo más importante para conseguir llegar a la cima fue el grupo, nos hemos ayudado mucho entre todas. A reírnos, a darnos ánimos, a no dejar que nadie se quejara en ningún momento y nadie se quedará atrás. Poco a poco, nos fuimos conociendo mientras subíamos y fue muy bonito.

– Leticia Pradas

PRIMERA ETAPA

El despertador empezó a sonar a las 07:00. El reto se hace realidad.

Desayunamos llenas de nervios y nos pusimos en marcha. Teníamos por delante 11km de recorrido con 1.425 metros de desnivel hasta llegar al Refugio de los Muflones.

Para muchas, esta etapa fue bastante dura. La cantidad de horas andando y, sobre todo, el calor, hizo que a algunas de nosotras nos pasara factura por el mal de altura y el calor.

Empezamos a darnos cuenta de que había que estar atentas a nuestro cuerpo y controlar sus reacciones: el corazón se aceleraba más de la cuenta con el esfuerzo.

– Isabela Ochoa

Parecía que nunca íbamos a llegar al campamento, y cuando ya no podíamos más, nos encontramos que el equipo de montaña que nos acompañaba nos había montado un espectacular almuerzo en mitad del valle. Hay que decir que ese ratito nos resucitó, la comida estaba exquisita y recuperamos la fuerza, que por momentos pensábamos que se nos había quedado por el camino.

No tenia ni idea que subir más de 4.000 metros de altura iba a ser tan difícil. Pensé, «bueno yo ando mucho y puedo con todo, además estoy medio en forma y seguro que lo consigo». Pero una vez allí, me di cuenta de lo que suponía, y mientras iba recorriendo el paisaje más alucinante que he visto en mi vida, pensaba en lo mucho que me estaba costando y el esfuerzo físico tan brutal que me estaba suponiendo. Además de luchar contra el mal de altura…

– Ana Recio

El último tramo antes de llegar al «Campamento Base de Pioneras» se nos hizo muy ameno. El estómago lleno sacó la alegría de nuevo (aunque, realmente, no la perdimos en ningún momento), cantando, riéndonos, charlando y muy emocionadas, avanzamos los pocos kilómetros que nos quedaban hasta la que sería nuestra casa por una noche: nuestras tiendas de campaña privadas en un campamento creado en mitad de la nada, exclusivamente para nosotras.

Ya relajadas, con los pies al fresquito y subidas en las rocas intentando captar algo de cobertura para que nuestras familias supiesen que habíamos superado la primera etapa, fuimos conscientes de lo que aún nos quedaba por andar. Desde el campamento no se veía la cima, pero nuestro guía Ibrahím se encargó de avisarnos de lo que nos esperaba… Lo que acabábamos de hacer era un paseo en comparación con lo que se nos venía al día siguiente.

Pasar la noche en un campamento a 3.207 metros de altura genera una sensación rara en tu cuerpo. El corazón sigue acelerado porque sabe que, aunque estés respirando con normalidad, no le está llegando todo el oxígeno que necesita. Por supuesto, dormir dormimos poco, algunas prácticamente nada, debido a los nervios, la altura y el ruido de las mulas que descansaban cerca de las tiendas.

SEGUNDA ETAPA: LA LLEGADA A LA CIMA

El Campamento Pioneras empezó a iluminarse a las 04:00 de la mañana. Equipadas con nuestros frontales, salimos para desayunar antes de empezar el último ascenso. Pero, al salir de las tiendas, nos quedamos maravilladas con la cantidad de estrellas que teníamos sobre nuestras cabezas. Para la mayoría de nosotras, este era el punto más alto en el que habíamos estado en toda nuestra vida, y ver un cielo tan puro con tantas estrellas, nos emocionó. Un espectáculo visual que el corte de la montaña en el horizonte hacía aún más especial, con esas lucecitas como hormiguitas que empezaban a subir desde el Refugio de los Muflones hasta el pico del Toubkal.

Desayunadas, con nuestras linternas y enfundadas en muchas capas, nos ponemos en marcha adentrándonos en la noche. Ya lo sabíamos, pero no éramos conscientes de lo que significaba el hecho de que ese día teníamos que recorrer 20km con un desnivel positivo de 1.094 metros y otros 2.551 metros de desnivel negativos.

Subimos como cabras por una inclinación de terreno del 80%. Pero el pensar que estábamos llegando a la cima hacía que la subida fuese muy emocionante.

– Elisa Vázquez

Cuando subes un desnivel tan grande, casi teniendo que «escalar» rocas por momentos, a la oscuridad que lo hicimos, no piensas siquiera en lo que estas haciendo, solo te centras en poner un pie delante del otro, un bastón delante del otro, una mano delante de la otra, intentando no hacerle mucho caso a lo tremendamente rápido que te va el corazón y lo duro que empieza a hacerse el respirar. Las luces de los frontales nos iluminaban las piedras que nos tocaba sortear, pero fue cuando empezaron a salir los primeros rayos del sol que pudimos admirar la evidencia de la belleza de nuestro esfuerzo.

Nos paramos para admirar el amanecer. Todas juntas, cantando Coldplay con el poco aliento que teníamos todavía en los pulmones. Un momento muy especial, comiendo huesitos y riéndonos con nuestros guías. Pero había que seguir subiendo, ya quedaba menos.

Aún quedaba un largo trecho. ¿Sensaciones? Mejor no pensar, subir sin mirar arriba, escuchar las anécdotas que van contando las otras Pioneras y centrarse en seguir un ritmo adecuado. El grupo era lo que realmente te daba fuerzas para seguir adelante: siempre una palabra de ánimo, cuando cruzabas la mirada siempre había alguna que te miraba de vuelta, preocupada por cómo estabas. Todo el rato te sentías protegida por las demás Pioneras… Empujoncito tras empujoncito, roca tras roca.. sube, sube, sube.

– Isabela Ochoa

La cosa se complicaba y no podíamos evitar ir cada vez más despacio. Por momentos el grupo se separaba, el mal de altura volvía a hacer de las suyas. Cada vez más arriba, cuando Ibrahím nos dijo que habíamos llegado a los 4.000 metros, respiramos. Ahora sí, estábamos a punto de alcanzar la cumbre después de 5 horas sin parar de subir.

Poco a poco fuimos llegando, unas esperándonos a las otras, vitoreando cuando todas llegamos juntas, porque sí, ¡todas llegamos! Las PIONERAS conquistamos el pico más alto del norte de África, 4.167 metros de altura, algo que ninguna de nosotras soñábamos con alcanzar dos meses antes. El paisaje espectacular, los abrazos, las lágrimas, las risas nerviosas, el Sahara a nuestros pies. Lo habíamos conseguido, o al menos eso creíamos… Ahora había que bajar.

Creo que para todas ha sido algo inigualable en nuestra vida. El Toubkal ya es nuestro y parte de nosotras se ha quedado allí.

– María Márquez de la Plata

SEGUNDA ETAPA: LA BAJADA

La llegada a la cima nos costó, pero fue impactante y nunca lo olvidaremos. ¿La mejor recompensa? las vistas y la satisfacción de haberlo conseguido. Pero nos esperaba lo más duro: la bajada de golpe a Imlil. Ahí ya no hablábamos tanto y solo queríamos llegar abajo.

– Leticia Pradas

Hay gente que dice que las subidas son lo más complicado, otras opinan que lo es la bajada. Para muchas de nosotras, la bajada desde la cima hasta el campamento fue lo más duro que hemos hecho nunca. Es un momento en el que no te explicas cómo tu cuerpo ha sido capaz de subir todo lo que ha subido por ese terreno tan resbaladizo. Por supuesto, hubo caídas, hubo resbalones y a algunas nos frenó el miedo de hacernos daño de verdad. Y ya en ese tramo infernal que hacía unas horas habíamos subido a oscuras, cuando veníamos el campamento prácticamente a nuestros pies, empezó a llover. El miedo se multiplicó por dos.

Para mi el momento más duro fue la primera bajada (desde la cima hasta el refugio de los muflones) el cansancio, el miedo resbalarme y el calor hicieron mella en mis fuerzas pero ahí estuvo el equipo para animarme, cuidarme y apoyarme.

– Belén Vázquez – Mi Pequeña Tribu

Por suerte la lluvia no duró demasiado, y en el campamento nos estaba esperando un almuerzo merecidísimo. Conseguimos que nuestro corazón volviese a un ritmo normal, el equipo de montaña terminó de recoger el campamento y dejábamos atrás lo más duro. Teníamos que seguir bajando, pero las sensaciones eran diferentes. Nos quedaban otras 3 horas hasta llegar a Imlil, algunas nos notábamos las molestias en las rodillas, pero ya teníamos la mente en la ducha que nos esperaba en Marrakech, lo demás nos daba igual.

Estoy tan orgullosa de mi misma… Me he dado cuenta que soy capaz de muchas más cosas de las que yo creo en mi cabeza. Y que las fuerzas se sacan de dentro a la hora de la verdad.

– Ana Recio

DEL TECHO DE MARRUECOS AL PARAÍSO

Salimos del Parque Nacional del Toubkal… ¡Lo habíamos conseguido!

Nuestras maletas ya nos estaban esperando para poner rumbo a nuestro siguiente destino: Casa Abracadabra.

Estábamos cansadas, mucho, y en el minibús se hizo el silencio. Y en ese silencio se podían escuchar los pensamientos de todas, «lo hemos hecho», «¿cómo lo he conseguido?», «Pioneras forever«, «¡necesito una ducha!».

Ha sido la experiencia más increíble que he vivido, no solo como reto personal, sino a nivel emocional y de amistad. Lo que hemos vivido las Pioneras estos días en Marruecos es inexplicable y solo podemos entenderlo nosotras, las Pioneras 2024 by Inspiring Soho.

– Rocío Vázquez

Y por fin llegamos al paraíso. Casa Abracadabra nos esperaba con las camas más cómodas del mundo, el ambiente más mágico, las ansiadas cervezas y, lo más importante en ese momento para nosotras, ¡una ducha caliente!

Además, por si fuera poco, nos prepararon la cena más espectacular que podíamos desear, solo para nosotras. Este fue el momento de las palabritas, de las emociones a flor de piel, de recordar cada anécdota de la expedición y de reconocernos las unas a las otras la hazaña que acabábamos de conseguir.

Con un brindis, las Primeras Pioneras de Inspiring Soho nos íbamos a dormir. Habíamos superado el reto, nos habíamos superado a nosotras mismas.

Al día siguiente nos despedíamos de Marrakech entre las callejuelas del zoco e Yves St. Laurent nos dio el último adiós. Nos abrazamos en el aeropuerto. Abrazos sentidos, los que también nos dieron al llegar a casa.

Las emociones arriba se multiplican, pero es que ahora lo siento también desde aquí abajo: estas pioneras son mis hermanas, yo con este grupo para siempre y hasta el fin del mundo.

– Isabela Ochoa

Salir de la zona de confort, poner mi cuerpo y sobre todo mi mente a prueba y saber hasta donde puedo llegar ha sido un regalo para mi y un punto de inflexión en mi vida.

– Belén Vázquez – Mi Pequeña Tribu

La experiencia en sí con todo lo que supuso ha sido de las mejores de mi vida. Gracias a Inspiring Soho por contar conmigo para el primer reto de Pioneras, es un orgullo haber formado parte de esta historia tan bonita. Y gracias a todas las que habéis formado parte de esto por ser tan especiales como sois.

– Ana Recio

Como bromeábamos en nuestras conversaciones ascendiendo hacia el pico, «lo que no se cuenta no sucede», pero en este caso han sucedido muchas cosas y un cambio en nosotras mismas, que no se puede contar.

– Rocío Vázquez

Y próximamente…

PIONERAS by Inspiring Soho: destino Toubkal 2024, EL DOCUMENTAL