Naturaleza
Viajar a Islas Feroe
Perdidas en el Atlántico Norte, entre Noruega e Islandia, las Islas Feroe aparecen en medio del océano con un aire místico que invita a la exploración, con sus fiordos y colinas cubiertas de niebla, llenas de leyendas y maravillas naturales.
Este archipiélago de 18 islas volcánicas, cubiertas por un manto de verde y rodeadas por aguas azules, es el mejor destino posible para quienes van buscando el misterio de la naturaleza más cruda.
En cada rincón de las Feroe, el paisaje parececobrar vida propia, creando una conexión entre el hombre y la naturaleza que es casi palpable.
En las grietas de las paredes rocosas y verticales de los acantilados de Vestmanna anidan frailecillos, alcatraces y gaviotas, mientras que las aguas que las rodean son hogar de focas y delfines. Un paseo en barco por estos acantilados te acerca a estas especies en su hábitat natural y te permite admirar cuevas y formaciones talladas por siglos de erosión.
La isla de Mykines es un santuario de aves especialmente famoso por sus colonias de frailecillos, que pueblan los acantilados en verano. Un sendero te llevará hasta su icónico faro, atravesando praderas cubiertas de flores silvestres y ofreciéndote vistas panorámicas que parecen sacadas de una pintura del Romanticismo.
En Gjógv, con su puerto natural esculpido por el agua, las casas de colores contrastan con el verde profundo de las colinas que las rodean. Y en Saksun, un pequeño pueblo rodeado de montañas y un fiordo que parece de otro mundo, las casas con techos de hierba características de las Feroe se mezclan con el entorno demostrando cómo los habitantes han aprendido a vivir en armonía con la naturaleza. Además, en Kirkjubøur, está la catedral de Magnus y Roykstovan, la casa de madera habitada más antigua de Europa, que se remonta al siglo XI.
Los fiordos de las Islas Feroe, serpenteantes y salpicados de cascadas, te hacen ser consciente de la conexión entre el cielo y la tierra. Una de esas cascadas es la de Mulafossur, en la isla de Vágar, que se ha convertido en un símbolo de la belleza de estas islas, con sus aguas que caen directamente al Atlántico mientras la niebla la envuelve en un aura de forma mágica.
Las Islas Feroe son una experiencia realmente asombrosa, cuyo folklore se basa en las leyendas de gigantes y brujas y el entorno natural se mantiene casi intacto. Si te decides por viajar a las Feroe, tendrás la oportunidad de reconectar con lo esencial y perderte en un paisaje tan remoto como hipnotizante.